Había una vez una niña que tenia dos monedas, estaban en un pequeño cofre de madera, ambas de la misma denominación, pero de diferente color, una dorada y la otra color plata, quien se las regalo le dijo que no podía tener las dos, que una la tenia que gastar y la otra se la podía quedar, pero solo para mirarla, no podría hacer uso de ella jamás, la niña las sostenía en la mano pensando cual de las dos gastar, pues ninguna tenia mas valor que la otra, cual debería conservar, el dorado que significa sabiduría y riqueza, o el plata que significaba paz, verdad, esperanza y la felicidad. La niña se sentó bajo la sombra de un árbol, con un viento suave colándose entre sus cabellos, un viento fresco, viento de otoño, debía meditarlo, para ella era como elegir entre el verano y el invierno, como elegir?, era solo una niña, no tenia mucho tiempo de haber visto la luz, entonces abrió el cofre, saco las monedas, tomo una con cada mano, cerro los ojos, las apretó fuertemente y decidió que no era tiempo de elegir, quizás con los años ella sabría que comprar y cual de las dos monedas gastar, no hay que apresurar a la vida, dicen que lo que será, será. Esta historia no tiene moraleja, ni siquiera un buen final, solo se que aun hay tiempo para pensar, ya habrá tiempo para saber lo que realmente hay que comprar.